lunes, 30 de mayo de 2011

resultado

Aunque tocaba hablar de las mentiras y los opositores, he decidido hacer una entrada en relación a lo que hoy está sucediendo en nuestro mundo: el test, la plantilla y las porras respecto a la nota de corte. No voy a hablar de suposiciones, en qué número cortarán sus señorías, ni tampoco lo haré de si el examen era fácil o difícil en relación con otros años. No me importa y, por consiguiente, no me interesa.

Lo único que pretendo es hacer una reflexión positiva tanto el resultado de vuestro test sea positivo o negativo. Si es positivo, en primer lugar, daros la enhorabuena y fuerzas para seguir luchando y conseguir vuestro sueño. Tomaros unos diitas de descanso y luego dar lo mejor de vosotros mismos. Es ésta la única manera de conseguir vuestros sueños. Cada día esforzaros un poquito más, exigiros más y estudiar para aprobar el primer oral. Aprovechar la oportunidad que tenéis, no la dejéis escapar. Pensad que es esta vuestra única oportunidad, que no habrá más posibilidades de cantar ante sus señorías y, sobretodo pensad que cada tema es un aprobado.

Si vuestro resultado fue negativo pues...no os voy a dar mi pésame porque yo no lo veo como una derrota sino como un ofrecimiento que el destino os da para seguir afianzando temas. Nadie os dice que el año que viene aprobéis el oral, y saquéis una notaza en el oral. Así que ahora es tiempo de descansar unos días, desconectar y recobrar las fuerzas. Tenéis un año por delante para afianzar temas, para estudiar sin presiones, sin prisas, sin fechas, todo un año por delante para mirar la materia con calma y al detalle. Olvidar cuanto antes el suspenso y centraros en lo que realmente importa: el estudio constante y diario. Dar lo mejor de vosotros mismos para que el año que viene, sea cual sea el resultado, estéis orgullosos de vosotros mismos. Es la única manera de seguir en el camino. Ánimo y no os derrotéis vosotros mismos por este suspenso. Creer en que sois capaces y lo seréis, tarde o temprano, pero si os mantenéis firmes en vuestra convicción se acabará cumpliendo. Estoy segura. Así que arriba esos ánimos y a otra cosa mariposa!!! Y, por favor, no cometáis el mismo error que cometí hace uno y dos años: no decaigáis, no perdáis el tiempo en lamentaciones absurdas y olvidaros de algo que ya no tiene solución. Reflexionar, apuntad los errores cometidos y corregirlos o dejarlos apuntados en una libretita para abrirla el año que viene y saber en lo que no vais a errar. Y a partir de ahí, olvidaros del 29 de junio de 2011. Por desgracia, no podéis solucionarlo, pero sí que podéis hacer algo para que el año que viene no os encontréis en esta situación. Es lo que importa, lo que vale y lo que podéis corregir.

Chicas y chicos, nadie nos dijo que esto fuera fácil. No importan las batallas, sino la guerra. Un besito.

mua.

eva

domingo, 15 de mayo de 2011

años

Pues sí, releyendo por encima mi blog me he dado cuenta que hace mucho que no os digo quién soy y cuando lo hice había pasado dos años y medio desde que empecé este martirio. Pues bien, ahora ya llevo en este suplicio tres años y medio y sigo sin experimentar lo que se siente cuando pasas la nota de corte o te dicen señorita está usted aprobada. Ansío ese momento pero se que tarde o temprano llegará. Desde que empecé con mi nuevo preparador he dado lo máximo de mi (miento, cuando me azechaba la sombra monstruosa no lo hice...y me pasó factura: vuuueeelta a empezar) y lo seguiré dando hasta que apruebe la oposición que, sin duda alguna, lo haré. Como ya he dicho, más tarde o más temprano pero lo haré.

No es tan importante, al menos para mí, sacársela en 4, 5, 6 o 7 años o los que sean, sino sacársela. ¿Cual es la diferencia entre uno que se la sacó al cuatro, quinto o sexto año? Más años de estudio, más años de cansancio, más años de extenuación infinita, más arrugas, más años biológicos y, en general, más de todo. Pero al fin y al cabo, un opositor con una oposición a su espalda de tres/cuatro años y un opositor con una oposición a su espalda de cinco/seis años no se diferencian más que en eso, en años pues se hallarán en el mismo punto final: el aprobado, una escuela y un juzgado. Así de simple, pero a la vez así de complejo. Y no estoy explicando esto porque yo sea del segundo tipo de opositor, ojala fuera yo una opositora de las primeras, y me quiera autoconvencer de que no pasa nada por llevar tanto tiempo opositando, sino porque es la pura verdad.

Hace poco una amiga compartió en Nueva York un taxi con otra persona, ambas españolas. Hablando hablando la desconocida le dijo a mi amiga que acababa de aprobar la oposición. Reme, mi amiga, le preguntó ¿Cual? Y ella le contestó que la nuestra. Así que le impactó y le empezó a hacer preguntas y la desconocida le dijo a Reme que me transmitiera un mensaje que dice así Entre la amargura absoluta y la felicidad plena hay una linea finísima. Así que compis, llevéis los años que llevéis, estéis lo que estéis en esta oposición, no importa porque al final del camino esta nuestro sueño y esa felicidad plena de la que nos hablan...Hay que ser fuertes y cada vez que nos hallemos en la amargura absoluta hay que pensar que el día del aprobado seremos plenamente felices y que todo lo que llevemos en las espaldas habrá merecido la pena. ¿Cuando no merece la pena cumplir un sueño?

Os prometo que me esforzaré por y para ello porque la vida no es más que el resultado del esfuerzo de cada uno. El empeño que ponemos en conseguir nuestros sueños. Espero que esta actitud en mi jamás desfallezca. Lo deseo con toda mi alma.

Hasta la próxima semana. Un besito.

Eva

en adelante: ¿Por qué los opositores mienten? gfhj

domingo, 8 de mayo de 2011

ilusión

He decidido titular así el post de esta semana. ¿Por qué? Porque creo que si hay algo esencial, vital, necesario e imprescindible en esta oposición es la ilusión. Como una vez me dijo una amiga sin ilusión no se puede vivir. Y, si pienso en mi situación actual, añadiría a esa frase ni tampoco opositar.

Cuando empezamos cualquier tarea que supone una novedad en nuestra vida la cogemos con ilusión, con ganas, como si se nos fuera la vida en ello y no resulta nada difícil mantener esa adrenalina, esa, en definitiva, ilusión. Es muy fácil porque sale solo, es innato a la situación. El problema viene después, es decir, cuando esa novedad se convierte en rutina. Dichosa rutina. Hay que aprender a batallar con ella día tras día porque si perdemos tan sólo una de ellas ya repercutirá en nuestra moral, si perdemos otra, minará aún más aquella y así hasta que un día ya no te quede ni pizca de moral para seguir luchando, ni pizca de moral para recordar por qué luchar y, lo que es peor, ni pizca de moral para recuperar la ilusión con la que empezaste a luchar. Aquella ilusión taaan potente que todo lo podía y que te daba la vida para avanzar y luchar por lo que querías.Y recobrarla será difícil, aunque no imposible. Y digo difícil porque el desgaste psíquico será tan brutal que hasta que no caigas no te darás cuenta que has caído, que estás abajo muy abajo y que perdiste, no sabes ni en qué momento de tu vida, el rumbo hacía lo que querías. Pero, creerme que cuando os hayáis metido la gran ostia, cuando la autoestima brille por su ausencia, cuando la desilusión haya hecho trizas tu fuerza, es cuando podréis dar un puñetazo en la mesa y decir ¡Basta ya, esa no soy yo y quiero seguir luchando! Ahí empezará vuestra nueva ilusión.

Y lo que acabo de escribir me recuerda también una parte importantísima del opositor: la autoestima. Tan importante como tener, pero sobre todo, mantener la ilusión es mimar nuestra autoestima porque es uno de los principales factores que nos pueden hacer perder la ilusión. Hubo un momento en mi vida de opositora que mi propia autoestima estaba destruida y no tenía ganas de nada, sólo quería desaparecer sin dar explicaciones a nadie. Quería ser invisible. Me daba pena a mi misma, no creía en mi ni en mis posibilidades respecto a la oposición. Y esa actitud, me destruyó más no hacía más que cabar mi propia tumba tanto personal como profesional. Hasta que dije basta y el resto de la historia ya la sabéis.

Así que, y si me permitís daros un consejo, nunca, nunca, nunca perdáis la ilusión ni el autoconvencimiento de que puedes hacer lo que quieres hacer. La gente tiene lo que quiere, puedes tener más o menos, pero finalmente lo que quieres. Hay personas conformistas, y otras que luchan contra viento y marea para alcanzar su sueño. Y de ese tipo de personas, soy yo. Pienso luchar hasta alcanzar ser fiscal de menores, que es mi sueño. Y nunca más pienso destruirme a mi misma. Nunca.

Por vuestro propio bien, mimar, cuidar, y seguir mimando la ilusión y la autoestima. Nunca dejéis que se apague, aunque sea un poquito...Pensad cada día, antes de poneros a estudiar, por qué estáis haciendo lo que estáis haciendo, por qué cada día hay que estudiar, por qué decidísteis empezar y pensad sobre todo en que hay un sueño que hay que cumplir para poder tener otros.

Os quiero y estoy aquí para lo que necesitéis. Un besito.

mua.

eva